En este módulo usaremos una tabla dinámica para la aplicación (uso de base de datos) del Cuestionario de calidad de vida en hipertensión arterial (CHAL).
El concepto de calidad de vida (CV), empieza a aparecer en la literatura coincidiendo con el resurgimiento económico del presente siglo. En el vocabulario americano surge el término calidad de vida, tras la Segunda Guerra Mundial, asociado al mensaje de que la buena vida es algo más que la mera abundancia material o lo que es lo mismo, que el buen vivir no es sólo el bienestar económico y material, sino también el bienestar psicológico entendido como la consecución de satisfacción y/o felicidad personal.
Posteriormente, se registra como materia independiente en el Index Medicus 2, y en el Psychological Abstract aparece por primera vez el término “Quality of Life” como palabra clave, para búsquedas bibliograficas, en 1985.
El interés actual sobre la medición de la calidad de vida (CVRS) en medicina tiene su origen tanto en la preocupación por el proceso de atención sanitaria como en la voluntad de controlar los resultados de la atención y las intervenciones realizadas. Este interés no sólo se ha centrado en disciplinas donde la supervivencia de los pacientes era y es el factor más importante, como por ejemplo la oncología, sino también en el seguimiento de enfermedades crónicas y factores de riesgo como la hipertensión arterial.
En los últimos años se está produciendo un incremento en la utilización de los indicadores de Calidad de Vida en todas las áreas médicas. Este auge, en utilizar métodos de valoración de la calidad de vida en enfermedades crónicas, se debe a la creciente importancia social, que se le atribuye en los países desarrollados. A este nuevo concepto de Calidad de Vida, así como al hecho reciente de poder disponer de Cuestionarios Indicadores de esa Calidad de Vida más breves, más fáciles de comprender y de aplicar; y de más elevada validez y fiabilidad, podemos atribuir parte del auge en dicha disciplina en los últimos años. 3
También ha representado un papel importante, el impacto que ha generado la publicación de varios ensayos clínicos y estudios epidemiológicos en los que se ha demostrado que estos indicadores son altamente sensibles a los cambios clínicos relevantes. 1
Todo paciente con hipertensión arterial, tras ser diagnosticado, se encuentra ante un problema de salud crónico, que implicará visitas médicas periódicas de control, modificaciones del estilo de vida e inicio de tratamiento farmacológico cuando sea preciso, para intentar evitar la presentación de complicaciones y determinadas enfermedades que suelen tener una repercusión importante sobre el estado de salud. 2
El estado funcional y la Calidad de Vida del paciente crónico, van a ser el resultado de la integración de factores de la propia personalidad y motivación del paciente, los síntomas motivados por la enfermedad crónica, los efectos secundarios de la medicación recibida, las condiciones medioambientales, el apoyo social y el nivel económico en que el paciente se desenvuelve. 1
Dentro de un cuestionario de hipertensión podemos plantearnos si el diagnóstico de hipertensión supone un cambio en la vida del paciente, y así mismo, como lo percibe éste, dependiendo de sus propios síntomas y de las cifras de presión arterial. Están, además, los efectos secundarios de la medicación activa antihipertensiva vs. placebo, y/o tratamiento higiénico-dietético, y el tipo de Calidad de Vida que se le ofrece a partir de ese momento. 1
Con ello, valoraríamos la repercusión producida por el diagnóstico de la enfermedad, incluyendo variables psicológicas y síntomas percibidos.
A continuación, se describen algunos ejemplos de cuestionarios genéricos de Calidad de Vida, frecuentemente utilizados para evaluarla, en el paciente crónico:
ESCALA DE KARNOFSKY: valora el estado físico y autosuficiencia funcional en una escala de 10 niveles (cien es el estado perfecto de salud, 10 moribundo).
QUALITY OF LIFE INDEX (QLI): Desarrollado por Spitzer diseñado para enfermos crónicos, consta de 5 ítems, que investigan estado psicosocial referidos a: Actividad, Salud, Soporte familiar y amistad, Vida diaria, Actitud mental. Se puntúa en una escala de cero a dos, la puntuación máxima es diez.
PSICOSOCIAL ADJUSTEMENT TO ILLNES SCALE (P.A.I.S.): Diseñado para enfermos crónicos Investiga la adaptación a la enfermedad. Consta de 45 ítems con cuatro respuestas cada uno graduadas de uno a cuatro, agrupados en siete áreas: Actitud ante la salud, Ambiente laboral, Ambiente doméstico, Relaciones sexuales, Relaciones familiares, Ambiente social, Distress psicológico. Se obtienen puntuaciones independientes para cada área.
SICKNES IMPACT PROFILE (S.I.P.): Es un cuestionario basado en el comportamiento. Consta de 136 items que presentan situaciones de disfunción relacionadas con la enfermedad. Es un cuestionario ampliamente utilizado y referido. Frecuentemente se le pone cómo referencia para contrastar resultados obtenidos con otros cuestionarios. Es el cuestionario con mayor peso demostrado para medir calidad de vida.
Estructura del SIP: 136 ítems divididos en 12 categorías; se obtienen valoraciones de cada categoría y tres valoraciones conjuntas de varias dimensiones o áreas (dimensión física, dimensión psicosocial y puntuación global del S.I.P.). Cada ítem se responde afirmativa o negativamente y tiene un valor o peso establecido. Una respuesta afirmativa significa que existe una limitación. Al calcular las puntuaciones, cero significa ausencia de limitación o de disfunción y cien la máxima limitación en la calidad de vida, según este indicador.
SHORT-FORM 36-ítems HEALTH SURVEY ( SF-36): Ha sido desarrollado por el Medical Outcomes Study. Consta de 36 ítems cada uno de los cuales tiene una respuesta graduada en varios niveles de disfunción (entre dos y seis niveles). Los 36 ítems se agrupan en dos áreas, el estado funcional y el bienestar emocional. El área del estado funcional está representada por las siguientes dimensiones: Funcionalismo social, limitaciones por problemas personales o emocionales, limitaciones por problemas de salud física. El área del bienestar incluye las dimensiones de salud mental, vitalidad y dolor. Finalmente, la evaluación general de la salud incluye la dimensión de la percepción de la salud general y el cambio de la salud en el tiempo. Se incluye, además, un ítem que valora la percepción del paciente de los cambios en su estado de salud. Los ítems detectan tanto estados positivos como negativos de salud. En cada dimensión se codifican en una escala que tiene un recorrido que va desde cero (el peor estado de salud para esa dimensión) hasta 100, el mejor estado de salud.
QOL – PHYSICAL SYMTOMS DISTRÉSS INDEX: Cuestionario especifico para la medida de la afectación física, síntomas e impacto psicológico tales como: ansiedad, aumento ó disminución del control emocional, depresión, ligazones emocionales, afectos positivos en general, estado de salud percibido y vitalidad ( Rand Mental Health Index). Estas variables se pueden presentar y valorar en el paciente hipertenso, así cómo un índice en la medida de síntomas físicos de distress (PSDI).
El PSDI (Physical Symtoms Distress Index) es un cuestionario validado previamente, al que se le introducen modificaciones. Consta de 73 ítems, de los cuales 2 son únicamente utilizados en hombres. El cuestionario, investiga acerca de una serie de síntomas asociados específicamente con la hipertensión, así cómo sobre los efectos adversos de uno o dos medicamentos administrados, calificándose las respuestas entre 0–5, siendo 0 la ausencia de síntomas por medicación y 5 el desarrollo extremo de síntomas aparecidos desde el inicio de la toma de medicamentos. Con este cuestionario se pretende explorar la respuesta a la medicación antihipertensiva y su tolerancia. Especifico, tanto para medir la sensibilidad de los pacientes en el desarrollo de efectos secundarios, como para la posible aparición de síntomas neurológicos no conocidos y que afecten al Sistema Nervioso Central. Es sensible en pacientes con edades comprendidas entre 20 – 80 años, afectados por hipertensión en estadíos entre I y III, definidos como Presión Arterial Sistólica de 140 a 190 mm Hg, y Presión Arterial Diastólica con valores entre 90 a 115 mm Hg y afectación orgánica.
1 Calidad de vida e Hipertensión Arterial
2 Cuestionario de calidad de vida en Hipertensión Arterial (CHAL)