Radiación
RADIACIÓN
Si en el interior de una campana a la cual se le ha practicado el vacío, se coloca un cuerpo calentado al rojo, suspendido, se podrá percibir el aumento de temperatura en las paredes de la campana. ¿Cómo se ha propagado el calor del cuerpo caliente a las paredes de la campana? Entre ambos no existe materia que pueda conducir el calor ni un fluido en el que se produzca convección. Esta manera de propagarse el calor, a través del vacío se llama radiación.

El calor solar nos llega por radiación a través del espacio vacío existente entre nuestra atmósfera y la del sol. La propagación del calor por radiación se produce simultáneamente con la convección y la conducción. Así, por ejemplo, el fuego de una chimenea y un radiador de calefacción calientan una habitación, principalmente por radiación a pesar de que en ese proceso también intervienen las otras dos formas.

La radiación pura se trata de algo distinto a los dos otros modos de propagación, pues en ella el calor se transforma en energía radiante que se propaga en el vacío o en el espacio vacío comprendido entre las partículas materiales, y esa energía radiante vuelve a transformarse en térmica al incidir sobre una superficie absorbente.
La cantidad de calor irradiada en un dado tiempo por un cuerpo depende del área y de la naturaleza de la superficie del mismo. En general las superficies mates, ásperas y de color oscuro irradian, a igualdad de las demás circunstancias (por ejemplo temperatura), más calor que las brillantes, lisas y claras. Por este motivo las superficies de los radiadores de calefacción son rugosas y oscuras.
Uno de los hechos más interesantes referentes a este asunto es que las superficies que irradian mejor son también las que absorben mejor la energía radiante. Una experiencia nos convencería de esto. Si tenemos una pieza de porcelana blanca con un dibujo negro la porción negra parece menos brillante que la blanca a la temperatura ambiente, esto es, la negra absorbe más.