Es un método de separación física, en la cual se retienen partículas de tamaño uniforme de un fluido en movimiento, esto con ayuda de rejillas, varillas o alambres.
Las aberturas libres entre barras suelen ser de 15 mm o mayores. En ellas van a quedar retenidos sólidos de gran tamaño tales como piedras, ramas, trozos de chatarra, papel, raíces de árboles, plásticos y trapos. Al quedar eliminados estos componentes del agua residual en primer lugar, se van a impedir daños y obturaciones en bombas, válvulas, conducciones y otros elementos presentes en posteriores procesos de tratamiento en la planta.
Los elementos separadores pueden estar constituidos por barras, alambres o varillas paralelas, rejillas, telas metálicas o placas perforadas, y las aberturas pueden ser de cualquier forma, aunque normalmente suelen ser ranuras rectangulares u orificios circulares.
Algunas características del cribado son:
- Se usa para eliminar troncos, ramas, basura y otros además de cualquier material que pueda dañar el equipo o tapar las tuberías
- La distancia o abertura de las rejillas depende del objeto
- La limpieza puede ser manual o mecánica
Rejas de limpieza manual
Se emplean frecuentemente en instalaciones de pequeño tamaño y actualmente se tiende a instalar equipos de limpieza automática para facilitar las operaciones y reducir al máximo los trabajos manuales. En los casos en los que se utilicen, su longitud no deberá exceder de la que permita su correcta limpieza, es decir, unos 3 metros. Las barras que conforman la reja no suelen exceder de los 10 mm de anchura por 50 mm de profundidad.
Rejas de limpieza automática.
Incorporan un peine rascador que periódicamente y de manera automática limpia la reja por la cara anterior (aguas arriba) o posterior (aguas abajo). El peine rascador puede funcionar de manera continua o se puede activar al superar cierto valor establecido de pérdida de carga o mediante temporizador.
El canal de las rejas se debe proyectar de forma que se evite la acumulación y sedimentación de arenas y otros sólidos de gran tamaño, y para ello se recomiendan velocidades de aproximación superiores a 0.4 m/s.
BIBLIOGRAFÍA
- Vega Loyola Miriam (2010), “Diseño de plantas de tratamiento de aguas residuales”, Tecnológico de Estudios Superiores del Oriente del Estado de México. Estado de México