1.- En primer lugar, es necesario buscar y revisar toda la información disponible sobre el fenómeno biológico de interés. Esto incluye generar preguntas de investigación que orienten la identificación de los componentes clave del sistema y sus posibles interacciones.
Si el estudio implica trabajo de campo, el estudiante debe recolectar muestras biológicas y datos relevantes en diferentes salidas. Dado que los modelos dinámicos requieren información de series temporales extensas, es recomendable complementar los datos de campo con bases de datos históricas que contengan registros de al menos 10 años, con el fin de contar con una base sólida para la parametrización.

2.- Con la base de datos consolidada, se procede a la parametrización de los datos, calculando tasas de cambio, coeficientes y otros parámetros ecológicos necesarios para describir matemáticamente el sistema.
Posteriormente, se elabora el diagrama de Forrester en el software Vensim, traduciendo las relaciones causales identificadas en la fase conceptual a ecuaciones diferenciales o algebraicas.

3.- Una vez implementado el modelo en Vensim, se realizan simulaciones para verificar si el comportamiento del sistema es coherente con los datos observados. Esto implica ajustar parámetros y validar si la estructura del modelo representa adecuadamente las dinámicas biológicas.

4.- Finalmente, el modelo validado se utiliza para responder las preguntas planteadas inicialmente, simulando diferentes escenarios mediante la modificación de parámetros clave (por ejemplo, tasas de mortalidad, natalidad o disponibilidad de recursos). Estos escenarios permiten apoyar la toma de decisiones o generar nuevas hipótesis de investigación.